Exploremos un tema cada vez más importante a medida que navegamos por el viaje del envejecimiento: mantener nuestra salud cognitiva y mantener nuestro cerebro agudo como una táctica. Quizás se pregunte: “¿Hay una píldora mágica que pueda ayudar con esto?” La respuesta es más matizada. Si bien no existe una sola solución, la investigación sugiere que el ejercicio físico regular podría ser la estrategia más efectiva para reducir el riesgo de demencia y promover la salud del cerebro general.
El ejercicio es beneficioso para nuestros cuerpos y juega un papel crucial en la función cerebral. Cuando nos movemos, nuestros cuerpos liberan endorfinas y otros productos químicos neuroprotectores que mejoran la conectividad neural y estimulan el crecimiento de nuevas células cerebrales. Este proceso puede mejorar la memoria, aumentar el estado de ánimo y fortalecer nuestra capacidad de aprender y adaptarse.
Entonces, ¿qué tipo de ejercicio debemos incorporar a nuestras rutinas? Un enfoque bien redondeado que incluye actividades aeróbicas, como caminar, correr o ciclismo enérgicos, parados con entrenamiento de fuerza y ejercicios de flexibilidad puede proporcionar los mejores resultados.
Exploremos cómo hacer tiempo para la actividad física es una de las mejores inversiones que podemos hacer en nuestra salud cognitiva a largo plazo. Al priorizar nuestra salud física hoy, podemos salvaguardar nuestras facultades mentales para el futuro.
En primer lugar, ¿qué es la demencia? Es como ese invitado no invitado que se estrella en la fiesta y hace que todos se sientan incómodos. La demencia es un término paraguas para condiciones que se meten con su capacidad para pensar, recordar y tomar decisiones cotidianas. El culpable más común es la enfermedad de Alzheimer, que representa del 60% al 80% de todos los casos. Y aquí hay un pensamiento aleccionador: aproximadamente 6.7 millones de adultos estadounidenses tienen Alzheimer, y se espera que ese número se duplique en 2060.
Ahora, antes de entrar en pánico y comenzar a buscar en Google “cómo convertirse en un ermitaño”, hay buenas noticias. Si bien la demencia es actualmente incurable, no es del todo inevitable. Entrar: ejercicio. Sí, todos sabemos que deberíamos hacer eso, pero a menudo encontramos excusas para evitarlo. Resulta que La actividad física regular es como un superhéroe para su cerebro.
Un estudio dirigido por los investigadores de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg encontró que incluso pequeñas cantidades de actividad física moderada a vigorosa (MVPA) pueden reducir significativamente el riesgo de demencia. Analizaron datos del Biobank del Reino Unido, que incluía a más de 89,000 participantes con una edad promedio de 63. Los participantes usaron acelerómetros para rastrear sus niveles de actividad durante siete días y fueron seguidos durante aproximadamente cuatro años. Esto es lo que encontraron:
En otras palabras, incluso si solo puede manejar una corta caminata cada semana, todavía le está haciendo un favor a su cerebro.
Pero, ¿y si estás demasiado ocupado durante la semana? ¡No temas! Un estudio publicado en el British Journal of Sports Medicine encontró que los “guerreros de fin de semana”, aquellos que cubren su ejercicio en uno o dos días, disfrutan de beneficios cerebrales como aquellos que hacen ejercicio regularmente durante toda la semana. Entonces, planifique una caminata del sábado por la mañana o un paseo en bicicleta del domingo por la tarde. Tu cerebro te lo agradecerá.
¿No es fanático de los entrenamientos tradicionales? ¿Qué tal bailar? Dr. Baibing Chenun neurólogo y ex bailarín profesional, enfatiza que el baile promueve la neuroplasticidad, lo que puede ayudar a prevenir el envejecimiento cerebral y reducir el riesgo de demencia. Además, es mucho más divertido que hacer una llave en una cinta de correr, según el New York Post.
Si la idea de golpear el gimnasio te hace estallar en colmenas, comienza a poco. Recuerde, incluso la actividad física ligera puede ayudar. Un estudio destacado por la Facultad de Medicina de Harvard sugiere que las actividades ligeras, como la caminata casual, aún pueden reducir el riesgo de demencia. La clave es seguir moviéndose, no importa cuán modesto sea el esfuerzo.
Entonces, ¿cuál es el resultado final? El ejercicio es una de las formas más accesibles y efectivas para reducir su riesgo de demencia. Ya sea una caminata diaria, una clase de baile de fin de semana o una sesión de gimnasia vigorosa, cada movimiento cuenta. Entonces, vamos a movernos y mantener nuestros cerebros en forma superior. Después de todo, como dice el dicho, “¡Muévalo o pierda!”
Play | Cover | Release Label |
Track Title Track Authors |
---|