La histórica actuación de Terence Crawford en una victoria por decisión unánime sobre Canelo Álvarez en septiembre, presenciada por más de 40 millones de espectadores en Netflix, le valió el campeonato indiscutible de peso supermediano y consolidó su legado entre los grandes de todos los tiempos. Además de convertirse en campeón indiscutible en una tercera categoría de peso, también se unió a un puñado de campeones mundiales de cinco divisiones a lo largo de la historia del boxeo. Pero con esa victoria en el pasado, ahora nos centramos en lo que podría ser el futuro del boxeador número 1 libra por libra de ESPN.
Una revancha con Canelo traería otra gran ganancia, pero ¿es necesaria esa pelea? Crawford dominó a Canelo, y lo más probable es que la revancha se desarrolle de la misma manera. Considero que esa opción es dinero fácil para Crawford.
Pero si no hay revancha, ¿contra quién debería pelear Crawford para engrandecer aún más su legado? ¿Debería bajar ocho libras de peso para intentar conquistar la división de las 160 libras, una categoría en la que nunca ha peleado? ¿O debería ponerse a prueba aún más peleando con rivales más grandes, más hábiles y consolidados libra por libra en combates que implicarían un gran riesgo, pero con el potencial de una gloria insuperable?
Al repasar el panorama, cinco nombres se destacan como posibles oponentes para Crawford, y uno de ellos le ofrece una pelea extra especial con mucho dinero y el derecho de alardear. Cualquiera de estos cinco nombres sin duda impulsaría su ya ilustre carrera, pero dos de ellos son muy preocupantes y pondrían a prueba cada una de las habilidades de Crawford.
Analicemos cada uno de estos posibles enfrentamientos.
Campeón mediano del CMB | Ambidiestro
Si Crawford decide desafiar por un título mundial en las 160 libras, una victoria lo convertiría en apenas el segundo boxeador masculino —y el tercero en la historia del boxeo— en conquistar títulos en seis divisiones distintas (Manny Pacquiao ha ganado cinturones en ocho categorías y Amanda Serrano en siete).
Existe un video de sparring entre Crawford y Adames realizado hace algunos años en el gimnasio Gleason’s de Brooklyn, que ofrece un vistazo a cómo se emparejan ambos en términos de estilo. Olvida el peso o la fecha de esa sesión: fue un intercambio parejo, con ambos mostrando técnica y determinación. Lo que más me llamó la atención fue que, a pesar de que Adames es naturalmente el hombre más grande, el peso mediano no se veía como la figura dominante. Adames no es ningún improvisado; en cuanto a habilidad, representa un serio problema para cualquiera en su división. Posee versatilidad, gran sentido del tiempo, precisión en sus golpes y una variedad de ataques —a la cabeza y al cuerpo—, todo respaldado por un poder de puños legítimo.
Dicho esto, Adames no cambia de guardia con la misma fluidez o naturalidad que Crawford, uno de los mejores boxeadores del mundo en ese aspecto. Adames puede pelear lo suficientemente bien como para complicar incluso a un técnico como Crawford, y eso quedó claro en sus intercambios de sparring. Pero si hablamos de un Crawford enfocado, bien preparado, con todo un campamento para adaptarse al peso mediano y con un objetivo claro, sería difícil apostar en su contra.
La experiencia de Crawford, su compostura bajo presión, su instinto para saber qué hacer y cuándo hacerlo, además de su capacidad para ajustar durante la pelea, son lo que lo separan del resto. En un escenario donde todo lo demás fuera igual, Crawford probablemente desmontaría a Adames de forma metódica, atacando sistemáticamente su cuerpo. Sospecho que, si llegaran a enfrentarse, sería otra actuación magistral de Crawford, que
Probabilidades de victoria de Crawford: 70 %
Campeón mediano FIB y OMB | Zurdo
Se ha informado que están en marcha las negociaciones para una pelea de unificación del peso mediano en diciembre entre Alimkhanuly y el campeón de la AMB, Erislandy Lara. Si ese combate llegara a concretarse, el ganador sería sin duda el rey absoluto de las 160 libras, al quedarse con tres de los cuatro títulos más importantes. Eso podría despertar el interés de Crawford.
Un enfrentamiento entre Crawford y Alimkhanuly sería muy interesante. Olvídate de una partida de ajedrez; esto sería una pelea de espadas. Cada movimiento sería afilado, cada momento calculado, ya que ambos poseen el poder suficiente para causar daño con cualquiera de sus manos. Un duelo entre dos zurdos, este combate se convertiría rápidamente en un juego peligroso de incomodidad, que exigiría no solo inteligencia, sino también fortaleza interior y una ferocidad táctica.
Con 1,82 m (5 pies 11½ pulgadas) de estatura, Alimkhanuly aporta tamaño y una presencia física dominante. Su velocidad de manos, poder de golpeo y precisión quirúrgica lo convierten en una pesadilla técnica para cualquier rival. Es un maestro del contragolpe: no desperdicia golpes, castiga los errores y provoca que sus oponentes cometan más, lo que se traduce en aún más castigo. Aunque el contragolpe es la base de su ofensiva, su jab suele abrirle oportunidades claras de puntuación. La rapidez de Alimkhanuly pondría a prueba al límite la capacidad de adaptación de Crawford, obligándolo a tomar decisiones en fracciones de segundo bajo presión. Su agudeza visual y su sentido del tiempo pondrían los famosos reflejos defensivos de Crawford ante la prueba definitiva.
Esta pelea, en última instancia, se definiría por la voluntad: quién está dispuesto a resistir cuando más importa, soportar el dolor y contraatacar sin vacilar. Por peligroso que sea Alimkhanuly, sigo creyendo que Crawford tiene lo necesario para superar su tamaño y sus habilidades. Crawford posee una clara ventaja en experiencia profesional, con el doble de peleas que Alimkhanuly, y ha enfrentado a rivales de un nivel mucho más alto.
Mi mayor preocupación respecto a Alimkhanuly radica en su falta de experiencia en peleas de 12 asaltos; solo ha llegado a la distancia una vez (una decisión unánime sobre Denzel Bentley en 2022) y no ha pasado del noveno asalto en sus cuatro combates posteriores. Eso genera dudas sobre cómo respondería en los tramos finales frente a un peleador tan inteligente, agresivo y constante como Crawford. Alimkhanuly tiende a aceptar recibir algunos golpes para lanzar su artillería pesada, pero a veces se queda un segundo de más en el intercambio. Esas pausas podrían resultarle costosas frente a alguien tan decidido y astuto como Crawford.
Yo favorecería a Crawford por decisión dividida. No sería una pelea fácil.
Probabilidades de victoria de Crawford: 55%
Campeón mediano AMB | Zurdo
Aunque Lara no ha peleado desde su victoria por nocaut técnico en el noveno asalto sobre Danny García en septiembre de 2024, sigue siendo el campeón mediano de la AMB. A sus 42 años, Lara continúa rindiendo a un nivel de élite y podría enfrentar a Crawford, siempre y cuando primero supere a Janibek Alimkhanuly en su rumoreado, aunque aún no oficial, enfrentamiento de diciembre.
Un combate entre Crawford y Lara sería considerado de alto riesgo y baja recompensa para Crawford, salvo por la posibilidad de añadir otro título mundial a su ya impresionante colección de logros.
Lara es notoriamente difícil de lucir bien contra él. Su volumen de golpes es bajo, pero su estilo defensivo —basado en el movimiento lateral y el contragolpe preciso— lo convierte en un rompecabezas frustrante de resolver. Utiliza un excelente juego de piernas para controlar la distancia y el ritmo, golpeando de forma selectiva desde afuera y rara vez dejando huecos claros para que sus rivales conecten su ofensiva.
Curiosamente, Lara iguala a Crawford en alcance (75 pulgadas), lo que significa que ambos tendrían que pensar críticamente sobre la posición y el control del espacio. Si Lara opta por moverse y boxear desde la distancia, Crawford tiene las herramientas para convertirse en el cazador: cortar el ring, trabajar el cuerpo y eventualmente acorralarlo. Aunque la capacidad de Lara para dictar el ritmo es una de sus mayores virtudes, su bajo volumen ofensivo también podría reflejar su edad y la necesidad de conservar energía.
Crawford, sin embargo, es un maestro de la adaptación y de la lectura de debilidades. Para él, el plan de pelea es solo el punto de partida. Ante Lara, probablemente tendría que experimentar desde el inicio, combinando agresividad con ataques calculados hasta encontrar el equilibrio correcto para encerrarlo y mantener una ofensiva sostenida. Lara, por su parte, buscaría sobrevivir y frustrar a Crawford, ganando tiempo y obligándolo a perseguirlo, con la esperanza de atraparlo con una izquierda recta precisa —su golpe característico—. Pero Crawford es demasiado inteligente, disciplinado y meticuloso como para caer en una trampa así.
Veo a Crawford llevando la pelea hasta el final y ganando por decisión unánime clara.
Posibilidades de victoria de Crawford: 75 %
Las próximas dos peleas potenciales —aunque poco probables— representarían la prueba definitiva del tamaño, la habilidad, la determinación y la pura voluntad de Crawford. En el nivel más alto del boxeo, no es solo el talento lo que prevalece, sino también la concentración y el enfoque desde la campana inicial hasta el último asalto. Es ahí donde los peleadores legendarios se enfrentan a sus verdaderos límites. Todos ellos, en algún momento, creyeron ser invencibles. Pero el ring siempre revela la verdad.
Si Crawford se atreve a recorrer ese camino, enfrentando gigantes y persiguiendo la grandeza más allá del peso y de la lógica, no sería simplemente otro capítulo en su carrera. Podría redefinir su legado y obligar al mundo del boxeo a hacerse una pregunta: ¿Es Terence Crawford el mejor boxeador de todos los tiempos?
Campeón semipesado CMB | Ortodoxo
Un enfrentamiento entre Crawford y Benavidez puede parecer poco probable, especialmente ahora que Benavidez compite en las 175 libras, pero imaginemos un escenario en el que el excampeón supermediano decida volver a las 168 para enfrentar al gran “Bud” Crawford. Sería, sin exagerar, un evento capaz de paralizar al mundo.
Crawford contra Benavidez no sería solo una batalla mental o un intercambio de habilidades; sería un choque físicamente agotador y millonario, un auténtico infierno sobre la Tierra. Benavidez entra al ring con una energía feroz y una convicción mental intensa, y sabemos que Crawford comparte esa misma esencia. Con su tamaño (1,88 m), alcance (1,89 m) y presión ofensiva implacable, Benavidez obligaría a Crawford a recurrir a un nivel de competitividad más profundo del que le hemos visto jamás.
Benavidez desmanteló a sus oponentes en las 168 libras, desintegrando poco a poco al técnico Caleb Plant y superando al talentoso zurdo Demetrius “Boo Boo” Andrade, quien había subido desde las 160 libras. Benavidez destruye las guardias altas con combinaciones de alto volumen y encierra a sus rivales con pasos largos y calculados, rompiéndolos con ataques al cuerpo, quitándoles las piernas y la voluntad. Anula su ritmo y su técnica hasta dejarlos sin respuesta.
Benavidez aplica una presión abrumadora, pero no caótica: es una presión inteligente, intencional y castigadora. Peleadores como él, que combinan tamaño, poder, técnica y determinación constante, pueden doblegar incluso a los talentos más especiales.
Pero Crawford es más completo que Benavidez, quien depende en gran parte de su fuerza de voluntad. Esa diferencia es precisamente lo que haría que este enfrentamiento fuera tan atractivo. Y aunque tengo mis dudas, porque las desventajas físicas serían reales en este caso, nunca apostaría en contra del gran Terence Crawford.
Posibilidades de ganar de Crawford: 50%
Campeón semipesado FIB, OMB, AMB | Ortodoxo
Crawford consolidó su grandeza al subir dos categorías de peso para enfrentar a Canelo Álvarez, aprovechando ese momento como desfavorecido para demostrar que pertenece al grupo de los grandes de todos los tiempos. Pero hay otro nivel de desafío observándolo desde lejos, otra oportunidad de ampliar los límites de la grandeza y de la imaginación. Un combate soñado contra Dmitry Bivol, el hombre que le propinó a Canelo su segunda derrota profesional, llevaría a Crawford a sus límites absolutos. Bivol incluso estuvo dispuesto en su momento a bajar a las 168 libras para enfrentar a Canelo por la supremacía indiscutida. Si hay alguien capaz de poner a prueba cada gramo de habilidad, voluntad y capacidad de adaptación de Crawford, ese es Bivol.
Mientras que un enfrentamiento con Benavidez pondría a Crawford al límite físico, un duelo con Bivol sería una batalla cerebral, la prueba definitiva de técnica, estrategia y adaptabilidad en el nivel más alto del boxeo. A diferencia de Canelo o Benavidez, Bivol no depende de la fuerza física; supera a sus rivales mediante el control y la precisión. El poder de Crawford, que abrumó a wélters e incluso sorprendió a hombres más grandes, probablemente no tendría el mismo efecto ante Bivol. Y lo mismo sucede en sentido contrario: Bivol no es un noqueador, pero es preciso, rápido y quirúrgico; te desgasta con tiempo y ángulos, no con fuerza bruta. Vale recordar que Bivol resistió el poder y la presión de Artur Beterbiev, uno de los pegadores más temidos del boxeo, en sus dos combates de octubre de 2024 y febrero de 2025.
La fortaleza física y el alto coeficiente boxístico de Crawford no desconcertarían a un peleador tan sereno y disciplinado como Bivol. Crawford estaría lanzando golpes hacia arriba contra un rival de 1,83 metros, y aunque tal vez tenga una leve ventaja en alcance, el juego de pies superior y el control de distancia de Bivol neutralizarían esa diferencia. Su movimiento de entrada y salida lo haría difícil de cronometrar, y su guardia cerrada junto con su jab preciso complicarían el intento de Crawford por acortar la distancia.
Bivol no desperdicia movimientos, y Crawford tampoco; cada paso, amague y golpe cuenta. Lo que haría especialmente complicado este enfrentamiento para Crawford es que Bivol no lo perseguiría. Lo obligaría a atacar, atrayéndolo para luego aprovechar los espacios que se abren. En su guardia zurda, Crawford sería particularmente vulnerable a la derecha limpia de Bivol, un golpe que el ruso ejecuta con precisión frente a zurdos. La batalla por la posición y el rango para conectar sería mental y físicamente extenuante para Crawford, quien suele prosperar al desmontar el ritmo de sus rivales. Pero ante Bivol no hay ritmo que romper, solo capas de disciplina y control.
En última instancia, el dominio de los fundamentos de Bivol, junto con su compostura, alcance, sentido del tiempo, tamaño, inteligencia en el ring y defensa, podrían neutralizar todo aquello que hace excepcional a Crawford. En una partida de ajedrez a gran velocidad, Bivol tiene el tamaño, el estilo, la dureza y la inteligencia de ring para superarlo en puntos. No porque Crawford no sea grande, sino porque la grandeza y el estilo de Bivol son simplemente el tipo de reto más desfavorable para él.
Dicen que el dinero mueve al mundo, pero en el boxeo alimenta la ambición. Para un verdadero boxeador, el éxito solo despierta el deseo de más. Las tres posibles peleas anteriores para Crawford tendrían que ver con el legado, más que con el dinero, con el sueño de convertirse en campeón indiscutido en cuatro divisiones. Pero también existe un capítulo oculto, uno que habla del tiempo, las oportunidades y del deseo real de quienes rodean a Crawford por hacer que todo eso suceda.
Probabilidades de victoria de Crawford: 45%
Contendiente supermediano | Ortodoxo
Con Crawford como el nuevo rey de la división de las 168 libras, ya no es el cazador; ahora es el cazado. Aspirantes en ascenso como Diego Pacheco, Christian Mbilli y Hamzah Sheeraz observan con atención la oportunidad de destronar al campeón libra por libra. Entre ellos, Sheeraz destaca no solo por su récord invicto, sino también por su reciente actuación consagratoria ante Edgar Berlanga.
La verdadera pregunta es: ¿está Crawford interesado en Sheeraz? La respuesta probablemente se reduce a una sola palabra: dinero. Si el precio es el correcto, la pelea también lo es; nada está descartado.
Entrenado por el excampeón mundial Andy Lee, Sheeraz lució excepcional en aquella pelea. Mostró un juego de pies sereno, posicionamiento inteligente y, sobre todo, una capacidad notable para controlar la distancia con calma y confianza. Al reducir el movimiento de piernas y mantenerse más firme sobre la lona, logró generar mayor potencia en sus golpes sin perder el tiempo de ejecución. Reaccionó eficazmente a los ataques de Berlanga, conectando golpes limpios y contundentes.
Un enfrentamiento entre Crawford y Sheeraz sería fascinante, principalmente por la gran diferencia de tamaño. Sheeraz mide 1,91 m (6 pies 3 pulgadas), superando a Crawford por unos 18 cm. Sin embargo, lo asombroso es que el alcance de Crawford, de 1,90 m (75 pulgadas), es prácticamente igual al de Sheeraz, neutralizando una de las ventajas habituales que acompañan a la altura. Crawford es un boxeador completo en todos los sentidos: un maestro del cambio de guardia, un cerrajero capaz de abrir cualquier cerradura dentro del ring. Contra rivales más altos, como su exoponente Viktor Postol, ya demostró que puede superarlos boxeando en retroceso, utilizando su tiempo y control de distancia superiores para desmantelar su ofensiva sin necesidad de acortar la distancia, como suelen hacerlo los peleadores más bajos.
Lo que haría a Crawford tan peligroso ante Sheeraz no sería solo su habilidad, sino su experiencia y su capacidad para neutralizar lo mejor que ofrece su oponente. Sheeraz es eficaz al acortar sus golpes a pesar de su tamaño, lanzando ganchos y uppercuts rápidos y compactos en corta distancia, algo inusual para un peleador de su estatura. Sin embargo, Crawford es el tipo de boxeador que anticipa esos ajustes y los aprovecha dentro del combate.
Veo una pelea competitiva en los primeros asaltos, pero espero que Crawford se despegue a partir del séptimo round, cuando Sheeraz empiece a quedarse sin recursos para contrarrestar la versatilidad y el talento del campeón. Mi pronóstico: victoria de Crawford por nocaut técnico en los asaltos finales.
Probabilidades de victoria de Crawford: 60 %
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