Los sueños de título de Nuggets dependen del jugador más volátil

El fichaje del volátil Russell Westbrook podría resultar ser la mejor apuesta en la historia de los Nuggets.

LA FORMA EN QUE Russell Westbrook dejó el Oklahoma City Thunder no es un punto delicado para nadie en la ciudad. No fue como cuando Kevin Durant se fue en 2016, o James Harden en 2013. Esas salidas fueron desordenadas. La de Westbrook no fue así, aunque él la inició entre bastidores.

Entonces, cuando ingresó al juego con 5:17 restantes en el primer cuarto del Juego 1 de las semifinales de la Conferencia Oeste, mientras el actual candidato a MVP, Shai Gilgeous-Alexander, del Thunder, estaba en la línea de tiro libre siendo aclamado con cánticos de MVP, la multitud dejó de alentar a su nueva estrella y se puso de pie para vitorear a su anterior estrella.

Para consternación de los fanáticos, esto sacó lo mejor de Westbrook, quien realizó varias jugadas críticas en el tramo final mientras los Denver Nuggets se recuperaban de un déficit de 13 puntos en el último cuarto. La última ocurrió cuando más importaba.

Al faltar poco más de ocho segundos y con Denver abajo por 119-118, el escolta de los Nuggets, Christian Braun, consiguió un rebote en el ala derecha e inmediatamente lanzó un pase a Westbrook, que corría por la banda derecha a una velocidad que solo él parece poseer.

Como quiso el destino, con el partido en riesgo, Westbrook se enfrentó a una elección decisiva. Cada alma en el edificio asumió que conduciría contra la defensa del Thunder para intentar conseguir un potencial tiro ganador. Los Nuggets ya habían visto eso antes, con distintos grados de éxito. También el Thunder.

El centro del Thunder, Chet Holmgren, incluso retrocedió, con la esperanza de atraer a Westbrook a una elección entre perder o perder: avanzar él mismo o detenerse para intentar un triple. Era un desafío. Y Westbrook no se echa atrás ante los desafíos.

Ni siquiera el equipo de transmisión de Denver pensó que Westbrook resistiría. En aproximadamente tres segundos, dentro del estudio de Altitude Sports, encapsularon la gama completa de la experiencia de Russell Westbrook.

Cuando quedaban 7.2 segundos en el cuarto período, Westbrook recibió el pase de Braun y aceleró. Primero hacia el alero del Thunder, Jalen Williams, luego hacia el hombregrande protector del aro Holmgren.

“No, no, no. ¡No! ¡Noooo!”

“¡Ay, caray!”

Luego, bocas abiertas, miraron fijamente la pantalla del estudio con asombro. Westbrook no se abalanzó hacia un tiro de 2.13 metros y se arriesgó a perder el balón o a hacer un mal tiro. Tampoco se detuvo por encima de la línea de tres puntos y levantó su propio tiro.

En lugar de eso, lanzó un pase perfecto a Aaron Gordon, quien estaba abierto en la banda izquierda. Cuando faltaban 2.8 segundos, Gordon encestó un tiro de 25 pies para darle a los Nuggets una ventaja improbable de 121-119.

Después del partido, Westbrook explicó sus pensamientos. “Vi a Chet en la pintura y mi trabajo es conducir y tirar hacia afuera”, dijo. “AG estaba listo para hacer un disparo. Llevaba anotando grandes tiros todo el año”.

Es imposible decir si este ejemplo de toma de decisiones será un incidente aislado o una evidencia de un cambio real.

Este equipo de los Nuggets ha ganado un título, algo que Westbrook todavía persigue. Y en noches como esta, uno tiene la sensación de que la experiencia del campeonato está contagiando a Westbrook. En otros, no es así en absoluto.

“Este es un grupo veterano, los muchachos ya han estado aquí antes”, dijo Westbrook. “Es muy útil tener a tu hermano apoyándote. Creo que hicimos un buen trabajo apoyándonos mutuamente, en todos los altibajos, buenas y malas decisiones, tiros fallados, pérdidas de balón”.

En muchos sentidos, la historia de Westbrook es la historia de los Nuggets de 2024-25: los momentos más emocionantes, los estallidos de energía que los llevaron a la victoria, el juego temporalmente imparable de dos hombres con Nikola Jokic; los increíbles rebotes y las jugadas defensivas; y luego los puntos bajos inexplicables: las bandejas falladas, los malos tiros, la toma de decisiones aún peor, la falta de responsabilidad, la alteración de la previamente prístina cultura de vestuario de los Nuggets.

Los propios Nuggets no saben cómo terminará este experimento. Pero sus esperanzas de que no llegue a su fin podrían depender del jugador más volátil y de más alta varianza del juego.

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Los Nuggets tomaron el control de su semifinal del Oeste ante el Thunder 2 juegos a 1, tras asegurarse un partidazo de inicio a fin, en donde le tiraron toda la experiencia encima a sus rivales, con Jamal Murray en plan estelar tras anotar 27 puntos.

SI CERRASES LOS OJOS y vieras a Westbrook calentar en la cancha del Paycom Center, tres horas antes de los Juegos 1 y 2 de esta serie de segunda ronda de los playoffs entre los Nuggets y el Thunder, sería fácil sentir como si hubieras retrocedido en el tiempo.

Porque Westbrook, de 36 años, todavía luce como el Westbrook de 30 años en su mejor momento, aquel que casi arrancó la cubierta de este estadio durante sus años de gloria: Su físico cincelado permanece; su calentamiento meticulosamente planeado comienza exactamente a la misma hora exacta que antes y dura exactamente la misma cantidad de tiempo.

La única diferencia, por supuesto, es que estaba calentando en la otra canasta y corriendo hacia el otro pasillo después de intentar su tiro final desde la esquina de la cancha.

Westbrook se da dos oportunidades para lograrlo. Si acierta el primero, sale corriendo contento. Igual si logra al segundo. Pero si falla ambos, igualmente corre hacia el pasillo, ligeramente menos satisfecho. La rutina, en este caso, es más importante que los resultados.

Ha regresado a Oklahoma City como jugador visitante con los Houston Rockets, Washington Wizards, Los Angeles Lakers y LA Clippers. Pero esta vez se siente diferente. Tal vez porque su hijo favorito ahora se interpone en el camino del próximo gran equipo que ha surgido de la estela que él dejó atrás. Tal vez porque ahora él es mayor y no ha encontrado un hogar que lo amara como lo hizo OKC, desde que decidió irse en 2019.

La historia de cómo Westbrook llegó a los Denver Nuggets no es la que te imaginas. Esta no fue la última parada del tren local que él ha estado tomando durante los últimos años de su carrera del Salón de la Fama. O alguna fantasía de Jokic, el esquivo genio del baloncesto.

Los Nuggets habían codiciado a Westbrook durante algunos años antes de finalmente contratarlo como agente libre esta temporada baja, una vez que los Clippers, como tantos otros, decidieron que la aventura completa de Westbrook ya no valía la pena.

Habían hablado de ficharlo después de que los Lakers lo descartaran en un intercambio en febrero de 2023 al Utah Jazz, donde fue comprado rápidamente. Y hubo quienes en la organización de los Nuggets, según dijeron fuentes a ESPN, creían que su grupo de jugadores aplicados, enormemente hábiles, pero algo tranquilos, necesitaba a alguien, con “un poco de picante”, como describió recientemente el presidente del equipo Josh Kroenke a Westbrook, para superar la mala racha de los playoffs con la que se topaban constantemente.

Nadie en la liga puede aportar el tipo de energía a sus equipos que Westbrook trae. Pero es casi imposible contenerla.

Pero la idea seguía siendo lo suficientemente atractiva para que los Nuggets volvieran en aquel entonces porque Jokic, a quien consideraban el mejor jugador del mundo, estaba en su mejor momento y sabían que la ventana para ganar un campeonato de la NBA se cierra mucho más rápido si uno sigue chocando contra las mismas paredes.

Al final, los Nuggets decidieron no hacerlo, dijeron las fuentes, porque les preocupaba que Westbrook desestabilizara el vestuario y socavara la confianza del base armador Jamal Murray.

Esa decisión resultó ser sabia. Los Nuggets ganarían su primer campeonato unos meses después.

Pero esta pasada temporada baja fue diferente. No defendieron su campeonato la temporada pasada. Retrocedieron y volvieron a perder en la segunda ronda luego de que jugadores claves se marcharon en la agencia libre y los jóvenes que se suponía debían reemplazarlos tardaron en crecer. Eso no podía volver a suceder, pensaron. No con Jokic jugando mejor que nunca en su temporada de los 30 años de edad.

Así que los Nuggets se lanzaron a por ello, a sabiendas de que el hombre es un ser humano con una lista de pros y contras.

Entre los pros: Westbrook es apasionado, concentrado, siempre competitivo, siempre disponible.

Entre los contras: Puede ser temperamental, estar fuera de control en la cancha, ser terco e inmaduro cuando no se sale con la suya.

Todo eso se ha revelado en esta temporada y más. Westbrook ha sido exactamente lo que los Nuggets necesitaban en algunos momentos, y en otros también ha sido su perdición. Él solo les ha ganado y perdido partidos. Ha inspirado gran lealtad y gran enojo entre sus compañeros de equipo, a veces el mismo día.

Todos ellos son muy conscientes de lo difícil que es depender de alguien tan volátil (y él también podría serlo).

“Mi capacidad de ser una fuerza de la naturaleza en la cancha es lo que me enorgullece”, dijo Westbrook después de ayudar a los Nuggets a eliminar a los Clippers en el Juego 7 de su serie de primera ronda. “Sea lo que sea — ya sea una pérdida de balón, un tiro fallado, un robo, una volcada, un triple fallado, un triple encestado — será todo eso. Lo aceptas como viene y, pase lo que pase, sigue la corriente. Siempre he sido así”.

El 1 de abril, los Nuggets experimentaron casi todo esto en un lapso de 15 segundos.

Al faltar 14.2 segundos del final del segundo tiempo extra, con los Nuggets arriba por 139-138, Westbrook interceptó un pase de Anthony Edwards y despegó, con la oportunidad de sentenciar el partido, en el que Jokic consiguió un triple doble de 60 puntos.

Pero Westbrook falló una bandeja a quemarropa, lo que fue aún peor, dejando tiempo en el reloj para otra posesión de los Timberwolves.

En la siguiente jugada, Westbrook se quedó atrás y no vio a Nickeil Alexander-Walker abierto en la esquina, y luego le cometió una falta mientras lanzaba al correr hacia él intentando recuperarse. Alexander-Walker encestó los tres tiros libres para inclinar la balanza a favor de Minnesota.

Fue una derrota despiadada y Westbrook no habló de su papel en ella durante días.

Ocho días después, el entrenador interino David Adelman demostró que iba a adoptar mano más firme en el manejo de Westbrook. Según dijeron múltiples fuentes, el exentrenador Mike Malone se había equivocado dándole a Westbrook el tipo de libertad dentro y fuera de la cancha que tenían Jokic y Murray, lo que no les sentó bien a todos. Y esa fue, irónicamente, la razón por la que Westbrook no estaba en la ciudad cuando Malone y el gerente general Calvin Booth fueron despedidos y Adelman recibió el trabajo de manera interina.

Le habían dado permiso para pasar el día libre en casa con su familia en Los Ángeles, lo que a su vez condujo a una conversación entre los responsables de los Nuggets sobre si se le debía pedir que volviese a Denver y estuviese con el equipo mientras intentaba reagruparse, o que se reuniese con ellos, como se había planeado previamente, en Sacramento al día siguiente. Finalmente se encontró con ellos en Sacramento.

En el primer partido de la gestión de Adelman, después de que Westbrook fallara un triple, un tiro en salto corto y una bandeja en posesiones consecutivas a principios del último cuarto, Adelman lo sustituyó por el base armador de segundo año Jalen Pickett y dejó que Pickett jugara el resto de los minutos decisivos mientras Denver aguantó para detener una racha de cuatro derrotas consecutivas. Westbrook terminó con 17 minutos, su mínimo de la temporada.

El punto quedó claro.

El torbellino continuó hasta el comienzo de los playoffs.

Después de una derrota en la primera ronda en la que Westbrook hizo cara de puchero notable cuando lo sacaron al final del juego, un jugador le dijo a ESPN: “Es una locura. [Él] cambió toda la vibra y el espíritu de nuestro equipo”.

Pero después de otro partido, un asistente le dijo a ESPN: “Russ estaba compitiendo con todas sus fuerzas. No puedo creer que siga haciendo esto en su año 17. Ojalá tuviéramos 10 como él”.

MINUTOS DESPUÉS de que los Nuggets perdieran el Juego 2 de su serie de primera ronda contra los Clippers, Adelman tenía un problema.

Mientras estaba en el atril postpartido, hubo una acalorada discusión entre Westbrook y Gordon en el vestuario, dijeron varias fuentes a ESPN. Gordon había desafiado a Westbrook por su actitud.

Fuera del vestuario, un jugador explicó por qué Gordon pudo haber hecho eso.

“Es tan inmaduro”, dijo sobre Westbrook.

Su temporada estaba al borde del precipicio, acercándose a un final caótico y disfuncional a lo que había sido una temporada caótica y disfuncional después de que el equipo despidiera a Malone y Booth con solo tres juegos restantes en la temporada regular.

Más bien, pareció marcar el comienzo de un giro radical.

Los Nuggets ganaron tres de sus siguientes cuatro juegos para derrotar a los Clippers, incluyendo una contundente victoria en el Juego 7 en la cual Westbrook anotó 16 puntos con 5 de 9 tiros, con 5 rebotes, 5 asistencias y 5 robos. En el decisivo segundo cuarto, donde Denver superó a LA por 37-21, Westbrook jugó los 12 minutos, anotando 10 puntos en 3 de 4 tiros, con 2 rebotes, 3 asistencias y 2 robos.

“Lo grandioso de este equipo es que no tenemos miedo de hablar honestamente entre nosotros”, le dijo un jugador a ESPN sobre la discusión del Juego 2, “y de responsabilizarnos mutuamente”.

Eso es lo que dices cuando ganas. Y al menos por ahora, Westbrook y los Nuggets tienen al hasta ahora dominante Thunder enfrascado en una batalla de estilo grecorromano. Cada partido se siente como una saga. A nadie le quedan piernas, excepto al tipo que todavía tiene más energía que un cargador de rayos.

“Hemos pasado página a lo largo del año”, dijo Westbrook después de la victoria en el Juego 1 contra el Thunder. “Hubo algunos altibajos, pero hemos hecho un buen trabajo al identificar los errores y luego asumirlos. Abordarlos y comunicarnos. Si queremos llegar lejos en estos playoffs, creo que debemos ser honestos entre nosotros”.

Estas no son cosas que Westbrook haya dicho antes. En ningún lugar.

En muchos sentidos, su superpoder es su kriptonita: nunca cambia, sin importar la presión o la situación. Se burla de la idea de ceder. Estuvo a punto de quedar fuera de la liga en lugar de aceptar un puesto en la banca con los Lakers. Su exagente incluso cortó vínculos con él por ese motivo.

“No veo a otro equipo haciéndolo”, dijo una fuente del equipo sobre el fichaje de Westbrook por los Nuggets, después de finales poco ceremoniosos con sus cuatro equipos anteriores, “pero nunca pensé que lo haríamos”.

Lo que está claro, sin embargo, es que no tenían otra opción. Y no estarían aquí sin él.

Tim MacMahon y Shams Charania de ESPN contribuyeron a este informe.