Guillermo del Toro Siempre ha sido celebrado por su brillantez creativo, pero esta vez, es su viaje personal el que ha capturado el centro de atención. En el estreno de su último trabajo, “Frankenstein”, en el Festival Internacional de Cine de Venecia, el cineasta mexicano reveló una transformación impresionante ya que había perdido más de 100 libras.
Y como siempre con Del Toro, no rehuyó el humor. “A medida que envejeces, te asustas más y te das cuenta de que tienes que reducir los tacos”, bromeó, mostrando su ingenio. Pero debajo del humor había una sensación de orgullo y alegría. “Estoy feliz”, dijo, reflexionando sobre su viaje hacia la salud y el equilibrio.
El estreno de “Frankenstein” ya estaba programado para ser uno de los eventos más esperados del festival. Protagonista Jacob Elordi En el papel principal, la película dio un golpe emocional que el público sintió profundamente. Al final de la proyección, el teatro se sumergió en una atronadora ovación de pie de 13 minutos, dejando a Del Toro visiblemente conmovido.
Pero el zumbido no fue solo sobre la película. La nueva apariencia de Del Toro llamó la atención, y su apertura sobre su transformación hizo que el momento fuera aún más significativo. Su evolución se convirtió en un punto de conversación mucho más allá del cine.
En la conferencia de prensa, Del Toro reveló cuán personal es esta adaptación para él. “Vivimos en una era de terror e intimidación, sin duda. La pregunta central de la novela, desde el principio, es: ¿qué significa ser humanos? ¿Qué nos hace humanos?” Reflexionó. Explicó que su película no se trata de héroes o villanos perfectos, sino de abrazar la imperfección y comprendernos.
Del Toro admitió que completar “Frankenstein” lo dejó con un sentimiento agridulce. “Ahora estoy en la fase de depresión posparto; algo se siente vacío, se ha ido, está ahí afuera”, confesó. Para él, “Frankenstein” no es solo un solo proyecto, sino una culminación de temas entretejidos a través de todas sus películas, desde “Cronos” hasta “La forma del agua”.
La pérdida de peso de Del Toro provocó curiosidad sobre cómo la logró. Si bien no entró en detalle, su broma sobre “reducir los tacos” insinuó los ajustes del estilo de vida detrás de la transformación.
Curiosamente, este no fue su primer experimento con la dieta. Una vez siguió un estilo de vida vegetariano durante cuatro años. En una entrevista con Jorge Ramosrecordó en el momento en que lo abandonó. “Un día, mi compañero y yo estábamos conduciendo, y vimos algunas gallinas asoladas. Algo explotó en mi cabeza, y comí tres pollos, huesos y todo. Ese fue el momento en que tuve que ser honesto conmigo mismo”, se rió.
Lo que hace que la transformación de Guillermo del Toro sea tan notable no es solo el número en la escala. Es la alegría que exuda, el humor que mantiene y la resistencia que demuestra. Y al igual que sus películas, esta transformación está en capas de significado.
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