Lucía Méndez, Laura Flores y Maribel Guardia nos hablan de ‘Cómplices’, su nueva serie

LM: Yo creo que lo más grande que tenemos en Cómplices es que estamos dando una imagen de amistad. Y realmente nos hemos hecho muy amigas. Las cómplices nos queremos bien, nos queremos mucho, somos armónicas. Mi hermana, que es público, me decía: “Es que lo bonito de cómplices es lo que se proyecta en la pantalla. Las vemos a ustedes bromear, reírse entre ustedes, amigas, y eso se proyecta ahí”. Creo que eso es uno de los principalísimos mensajes de la amistad, que eso para mí es lo más importante en la vida. Aunado a una buena historia, un buen equipo, colegas maravillosas, todo es realmente muy agradable en este proyecto.

MG: Nos divertimos muchísimo. Somos mujeres que hemos vivido muchas cosas en la vida también, porque ya tenemos unos añitos encima, bienvenidos, y la experiencia y el conocimiento es algo que adquieres con los años. Pierdes la juventud, pero adquieres esto que te hace sentir tan bien, que te da tanta seguridad, que aprendes de todos los problemas que has tenido en la vida y también de los momentos lindos. Creo que los que te fortalecen son los problemas, los que los momentos difíciles son los que te van armando el espíritu y el carácter. Fue un placer compartir con mis compañeras. Lucía, que fue la que creó esta serie, desde hace ocho años, me llamó y me dijo: “Maribel, hay un proyecto divino”. Y yo dije: “Pues no, ya pasaron ocho años, ya no se va a hacer”. Y un día me llamó y me dice: “Ahora sí”. Y me agarró en mejor edad que hace ocho años, porque claro, nos pasaron muchas fregadeces en estos ocho años.

Y yo creo que sí, parte de lo que tiene Cómplices es las amigas, la fortaleza que te dan las amigas en la vida. Porque en la vida, ya sabes, amas a los hombres, son divinos. Pero luego, yo estoy casada hace 30 años y llevo un muy buen matrimonio, pero sé que las parejas pasan por tu vida y que no son para siempre. Sin embargo, las amigas, hay amigas que son para siempre, si las sabes cuidar. Porque las amigas nos entendemos todas, nos contamos todo, nos perdonamos todo, nos aceptamos.

LM: Una verdadera amiga.

MG: Sí, claro, hay amigas de diferentes cosas. Pero hay amigas de fuego que son para siempre.

LF: Efectivamente, en un principio puedes tener relaciones totalmente superficiales, pero creo que aquí ayuda muchísimo nuestra experiencia, nuestras edades, lo que ya hemos visto y vivido. Entonces, ahora nosotros sabemos cuáles son las prioridades que valen la pena, o sea, cuáles cosas que valen la pena conviertes en prioridad. Y en este caso queremos tener amistad porque nos dedicamos a lo mismo, porque tenemos esta empatía natural que nos da nuestro trabajo, que es el mismo, y el respeto mutuo. Entonces, solamente la experiencia de los años de trabajo, más la edad, nos puede llevar a este lugar, esta zona maravillosa donde tenemos el confort, la sabiduría, la inteligencia y el sentido común de poder llevarnos bien y estar agradecidas con lo que nos está pasando, en este caso en Cómplices.

LM: La verdad es que las cuatro estamos medio loquitas. Las cuatro somos medio chifladillas. ¿Me entiendes? Las cuatro siempre estamos diciendo mensadas y muertas de risa. Y la comedia yo creo que también tiene que ser eso. Maribel dice muchas cosas, que nos morimos de risa. Laura, igual, no te digo, Marjorie. No, bueno, Marjorie es comediante. Y yo soy también, digo, tonterías. Entonces, eso es como un vaivén natural de la vida. No tenemos filtro, ¿verdad?

MG: Es que si no aprendes a reírte en la vida. Yo creo que lo que te saca a veces de los problemas es reírte hasta de no reírte. Cuando hay momentos que te hacen bullying, yo me río a veces de cosas que me dicen, digo: “¡Qué creativos!”. Me hace gracia, porque veo como que están hablando del personaje, no de mí, entonces me río.

También, a veces, en los momentos de dolor más profundos, me ha tocado reírme. Un día me acuerdo de que estaba llore y llore amargamente y en eso me veo en el espejo y me vi tan horrible con la nariz de ese tamaño todo hinchada que me empecé a reír. Y entonces, no sabes que me cambió todo. Fue increíble, la risa es mágica.

LM: Reírse es mágico. Entonces, se nos facilitó la comedia también por eso. Se nos facilitó el hecho de hacer una comedia que también es entretenida, tiene situaciones muy entretenidas y también tiene comedia. Tiene como de todo, el asesinato, tiene mucha mezcla de muchas cosas, porque también es fashion, porque también tenemos números musicales que lo soñamos. O sea, es una serie muy versátil, tiene muchos abanicos de muchas emociones. Entonces, esto ha sido realmente un reto para todas, actuarlo, porque además en la comedia tienes que estar arriba, arriba, arriba y no es fácil. No puedes llegar bajoneado, mal comido, mal dormida o mal “cuchiplanchada”, ni nada de eso. (Risas) Entonces, de alguna forma, creo que eso fue lo que se nos dio la facilidad de la comedia.

MG: Pues esto fue un desafío, porque sabes que yo, por ejemplo, siempre me ha tocado hacer la buena de las telenovelas y la buena pobre, aparte. Entonces, la faldita por acá, casi nada de maquillaje, sí, porque a mí me ha tocado siempre de pobre. Entonces, llegó este formato y me tocó ser una mujer moderna, glamurosa, productora. Ahora en una escena el personaje está triste y entonces me echo a llorar. Y me dice el director: “Corte”. Y le digo: “¿Qué pasó?” Me dice: “¿Por qué lloras?”. Le digo: “Está triste y llora”. “Pero no es necesario que llores”. Y yo decía: “Guau”. Y en las novelas siempre tienes que llorar. Entonces, yo estoy medio acostumbrada al melodrama y en esta serie los directores me sorprendían con ese tipo de comentarios.

LF:  Entre nosotras hemos hecho muchas cosas. O sea, yo me atrevo a decir que Lucía ha sido mi cómplice en muchos aspectos de mi vida personal y que me ha levantado, me agarra la mano y me dice: “No, para atrás ni para agarrar vuelo. Vámonos. O sea, para arriba, mamacita, para arriba”. Y levantándome el ánimo y ayudándome. Y yo sé que lo ha hecho con mis compañeras también. Pero hablándote, o sea, somos cómplices en eso. Si vemos que una se le está cayendo al mundo por alguna razón, que son serias nuestras razones, porque no somos ni unas tontas, no lloramos porque voló la mosca, lloramos por cosas que nos suceden, pero la otra está ahí para entender que ella conoce ese dolor, porque todas hemos vivido cosas muy similares. Entonces, eso es lo más bonito, esa complicidad que se da a partir de estar juntas para un proyecto, no nada más logramos una amistad para proyectarlo en la pantalla, no. Nosotras mismas nos rebasó todo lo que estamos viviendo en el buen sentido de la palabra. Nos rebasa porque tenemos una complicidad más allá de la amistad.

LM: Exacto. Lo logramos. Logramos en esta armonía y esta compenetración, como seres humanos y en la actuación también.

LM: Yo creo que estudiar mucho, ser obsesivo. Si te cierran una puerta, toca otra, y si te cierran la otra, toca otra, y si te cierran la otra… Y estudiar, estudiar, estudiar, estudiar, estudiar lo que más puedas, porque mucha competencia. En un momento dado, aprender también a hablar con los medios de comunicación, porque la gran mayoría de las nuevas generaciones no hablan con los medios de comunicación. Y desgraciadamente, o afortunadamente, los medios te hacen estrella, los medios te hacen figura. Por más redes sociales que haya, por más redes sociales y más rollo que haya, no hay cómo enfrentarte a un chacaleo, es faena, tienes que saber torear a ese tipo de cosas.

MG: Sí, atenderlos siempre. La prensa, a veces es un matrimonio mal avenido, a veces bien avenido, pero es necesario. Yo creo que siempre como artista nos ha tocado enfrentar muchos problemas de la vida personal ante los medios y no es fácil el mantenerte firme, el respirar y poder contestar.

LM: Como tú lo haces, Maribel siempre con cordura. Y eso es bien difícil, te lo juro. Y es por eso que llegan los proyectos y dicen: “Oye, es que no hay estrellas. Ya no hay estrellas como ustedes, que ayer me decían eso”. Hay muchísimas estrellas jóvenes que tienen un talento. “Sí, pero nunca tienen comunicación con nosotros. Y jamás van a llegar al estrellado que ustedes tienen”. O sea, te das cuenta de que ese es un paso equivocado de las nuevas generaciones, de las nuevas actrices, figuras, deben de tratar de acercarse un poco más a los medios. Es mi punto de vista.