Algo pasa con Britney lanzas Nuevamente, y esta vez, no es un video de baile ni un título críptico. El ícono del pop ha desaparecido de Instagram, dejando a los fanáticos entusiasmados y a Internet en un frenesí. El domingo 2 de noviembre, su cuenta desapareció sin previo aviso. Cualquiera que intente visitarlo ahora verá el mensaje: “Es posible que se haya eliminado el perfil”.
Es el último giro en unas semanas tensas para la cantante de 43 años, que ha estado publicando actualizaciones cada vez más emotivas y enfrentando una nueva tormenta, esta vez, por su exmarido. Kevin Federlinesus memorias, “Pensaste que lo sabías”.
Antes de que oscureciera, Britney había estado publicando sus habituales clips de baile en la sala de estar, excepto que esta vez algo se sentía diferente. Desactivó los comentarios y combinó sus videos con mensajes crudos, a veces crípticos, sobre sus hijos, Sean Preston, de 20 años, y Jayden James, de 19.
Un vídeo del 7 de octubre mostraba sus brazos magullados y sus manos envueltas en vendas. En la leyenda, explicó que se había caído por las escaleras de una amiga y mencionó que sus hijos regresaron a Hawaii, donde viven con Federline.
“Mis hijos tuvieron que irse y regresar a Maui”, escribió. “Esta es la forma en que me expreso y rezo a través del arte… No estoy aquí por preocupación o lástima, solo quiero ser una buena mujer y ser mejor”. Y añadió, casi casualmente: “Psss, me caí por las escaleras en la casa de mi amiga… fue horrible”.
Para los fanáticos, fue difícil deshacerse de esa publicación, especialmente cuando fue seguida por otra el 19 de octubre, donde hizo referencia a sus años de tutela y afirmó que “me pasó daño cerebral”. El título pasaba de los caballos a Maléfica y luego a la espiritualidad, pero el trasfondo era pesado.
Como si el momento no fuera lo suficientemente complicado, las nuevas memorias de Federline cayeron justo en medio del caos. En “You Thought You Knew”, la ex bailarina de 47 años profundiza en su turbulento matrimonio y su relación con sus hijos.
Los primeros extractos de los principales medios lo describen pintando a Spears como inestable, acusándola de infidelidad y expresando temor de que le sucediera “algo malo”.
Britney no se contuvo. El 15 de octubre, recurrió a X (anteriormente Twitter) para acusar a Federline de “engañarla constantemente” y sacar provecho de su dolor. “Ser amada incondicionalmente y con un corazón ingenuo como el mío”, escribió, “siempre siendo amenazada o hecha creer que soy la mala mientras se benefician de mi dolor…” Su representante continuó con una declaración tajante: “Una vez más, él y otros se están beneficiando de ella y, lamentablemente, esto ocurre después de que terminó la manutención de los hijos”.
Durante años, las redes sociales de Britney han sido su megáfono, a veces confusas, a menudo reveladoras, siempre personales. Para ella, los vídeos de baile no son aleatorios; son rituales. Una forma de liberación. Una rebelión contra los años que pasó bajo la tutela de 13 años, donde, como ella dijo, ni siquiera su cuerpo era el suyo.
Pero para el público, esas mismas publicaciones son un enigma. Y cuando desaparece repentinamente, la gente empieza a preguntarse si está bien o si este es otro capítulo de su larga y complicada lucha por la autonomía.
Britney Spears no es sólo una celebridad. Desde su meteórico ascenso hasta la saga de la tutela y las explosivas memorias “La mujer en mí”, ha vivido cada fase de la fama y ha luchado por recuperar su historia en cada ocasión.
Ahora, mientras el libro de Federline saca a relucir viejas heridas, su silenciosa desaparición de Instagram parece cargada.
Britney ha desactivado Instagram antes, sólo para volver a hacerlo. Queda por ver si se trata de otra pausa o de algo más profundo.
| Play | Cover | Release Label |
Track Title Track Authors |
|---|