“Estas censuras se consideran necesarias”

Dos semanas después Príncipe Andrés anunció su decisión de dejar de usar sus títulos y honores, incluido el de Duque de York, Rey Carlos III ha tomado medidas adicionales al eliminar formalmente estos honores, incluido su título de príncipe, y rescindir el contrato de arrendamiento que le permitía permanecer en Royal Lodge. A continuación se muestra la declaración completa del Palacio de Buckingham.

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La declaración completa del Palacio de Buckingham:

Su Majestad ha iniciado hoy un proceso formal para eliminar el estilo, los títulos y los honores del Príncipe Andrés.

El príncipe Andrés ahora será conocido como Andrew Mountbatten Windsor.

Su contrato de arrendamiento en Royal Lodge, hasta la fecha, le ha brindado protección legal para continuar en su residencia.

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Ahora se ha notificado formalmente que renunciará al contrato de arrendamiento y se mudará a un alojamiento privado alternativo.

Estas censuras se consideran necesarias, a pesar de que sigue negando las acusaciones en su contra.

Sus Majestades desean dejar claro que sus pensamientos y su más sentido pésame han estado y seguirán estando con las víctimas y supervivientes de todas y cada una de las formas de abuso.

Detrás de la decisión:

Carlos III finalmente ha cedido a la presión y los llamados a una acción decisiva se intensificaron tras las revelaciones sobre las conexiones de Andrés con Jeffrey Epstein.

Si hace dos semanas el propio príncipe emitió un comunicado renunciando al uso de sus títulos, ahora es el rey quien ha tomado el control de la situación, dando un paso decisivo que va más allá de la cortesía que antes había mostrado a su hermano.

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No se trata simplemente de que él elija no usar sus títulos, sino de eliminar por completo el título de príncipe, un derecho de nacimiento que de otro modo conservaría. A diferencia del anuncio voluntario de Andrés, la decisión del rey inicia un proceso legislativo formal que debe ser aprobado por el Parlamento y contar con el respaldo público, un escenario que parece probable dadas las encuestas recientes.

La decisión no tiene precedentes pero es ampliamente demandada, al igual que la cuestión de su residencia. Andrew vivía en la gran Royal Lodge, una mansión de 30 habitaciones que estaba mucho más allá del alcance de su función pública, especialmente desde que se retiró de la vida pública en 2019.

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Carlos III había querido durante mucho tiempo que su hermano abandonara la propiedad, pero el contrato de arrendamiento de Andrew con The Crown Estate, que administra las propiedades reales, lo protegió legalmente hasta 2078. El público se sorprendió al saber que Andrew había estado pagando un alquiler simbólico, probablemente solo £1 por mes, durante 22 años bajo un acuerdo completamente legal.

Se sabía desde hacía días que Andrew finalmente estaba negociando su salida de Royal Lodge. La gran pregunta ahora es hacia dónde se mudará el hermano del rey. Si bien el comunicado no especifica su próxima residencia, informes de los medios británicos sugieren que se mudará a una propiedad en la finca de Sandringham, mientras que su ex esposa, Sarah Ferguson, buscará ella misma un alojamiento alternativo.

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Los siguientes pasos:

Se cree que el primer paso de Carlos III está en marcha, que implica la emisión de órdenes reales al Lord Canciller para eliminar el título de Duque de York, el estilo principesco y el tratamiento de “Alteza Real”. Según el Daily Mail, Andrew no ha puesto objeciones.

Estos cambios no afectarán a las princesas Beatriz y Eugenia. Se espera que la terminación del contrato de arrendamiento en Royal Lodge se lleve a cabo lo más rápido posible. Fuentes de palacio subrayaron que la decisión fue tomada únicamente por el rey en consulta con sus asesores, sin ninguna presión externa del gobierno ni del príncipe Guillermo.

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Esto refuta las afirmaciones de la periodista de la BBC Emily Maitlis, quien sugirió que el Príncipe de Gales supuestamente había dado a sus primos un ultimátum sobre la residencia de su padre.

Por el contrario, la decisión no afecta a Beatriz y Eugenia, que siguen siendo princesas de York. Para Carlos III, era importante que cualquier medida contra su hermano dejara intactas las posiciones de sus hijas, dada su importancia para la monarquía, a pesar de que no son miembros activos de la familia real a tiempo completo.