Nota del editor: Este artículo fue publicado originalmente el 13 de mayo de 2020.
¿HÉROE O ANTIHÉROE? ¿Personalidad o personaje? ¿Figura o payaso? ¿Loco o cuerdo?
Tan solo mencionar el nombre de Dennis Rodman provoca en cada uno de nosotros una invitación a realizar un viaje hacia a los extremos… Tratar de descubrir quién parece impredecible pero, por sobre todas las cosas, provoca una certeza: resulta imposible encasillarlo o definirlo.
¿Fue un famoso jugador de baloncesto o el baloncesto resultó ser el vehículo que lo depositó en la fama? ¿Fue alguien incapaz de aceptar consejos o simplemente esa fue su coraza para esconder si se sentía mejor bajo una voz de mando o disfrutando de su libertad? ¿Fue alguien que ha transcurrido por la vida haciendo lo que siempre quizo sin importarle estar del lado correcto o equivocado? ¿O simplemente eso fue su “modus operandi” para intentar llamar la atención cuando ya no se hablaba de él? Imposible encasillarlo.
Se lo puede recordar como jugador de baloncesto… ¿Pero en cuál de todas sus versiones?
Se lo puede encasillar como un “cazador” de celebridades que atraía a a las “femmes fatales” de la época, pero también como alguien que no sabía tratar a las mujeres, algo atestiguado en denuncias y multas recibidas por malos tratos.
Happy Birthday, Dennis Rodman 🐛 pic.twitter.com/oXPcnbdtPj
— Chicago Bulls (@chicagobulls) May 13, 2025
¿Será acaso un oportunista que cuando ve la posibilidad de recaudar dinero no le importa hacerse amigo de alguien con mala fama? ¿O más bien una persona que, aunque muy de vez en cuando, sea capaz de mostrar su lado más humano? Así lo hizo cuando lloró al recibir por primera vez el premio al Jugador Defensivo del Año. También cuando semanas atrás demostró ser capaz de elogiar a quien había sido su enemigo como Scottie Pippen y defenderlo de la crítica más despiadada.
Encontrar respuestas a todas estas preguntas, no va a ser tarea fácil, pero sí resultará ser un viaje fascinante por la vida de un tal Dennis Keith Rodman para conocer de qué está hecho…
DENTRO DE UNA CANCHA de baloncesto, el “Gusano” mostró todas las facetas posibles: excelencia a la hora de defender, solidaridad para jugar en equipo, irascibilidad a medida que su personaje ganaba fama. Hasta se ganó el visto bueno de sus compañeros quienes le aceptaban sus excentricidades con tal de que los ayudara a ganar campeonatos.
Detroit Pistons fue quizás el equipo que lo disfrutó a menor costo. Quizás el hecho de que Chuck Daly era un entrenador duro y disciplinado haya influido en su formación. Con los Bad Boys fue un chico malo, obviamente, pero aceptó las reglas, y que le dio al equipo la versatilidad que le permitiera brillar en el costado defensivo y aportar puntos en el ataque.
San Antonio, en cambio, fue el equipo que más lo sufrió. Cuando comenzaron los problemas en Detroit, su salida del equipo se cristalizó rápidamente. Chuck Daly ya no era el entrenador y manejar el ego de Rodman (especialmente tras su relación con Madonna), resultaba poco menos que un imposible. Los Spurs mordieron el anzuelo y apostaron por su recuperación, pero se encontraron con un Rodman que empezaba a ganarse problemas dentro y fuera de la cancha, a cambiarse su color de pelo con asiduidad y a bajar su producción. Lejos de ser un complemento en la zona pintada para David Robinson, fue un problema para todos.
Más tarde llegó la redención con los Chicago Bulls. Allí encontró libertades para hacer lo que quería, aunque a cambio debía rendir en la cancha. Una especie de pacto sagrado si así le podemos llamar.
Tuvo peleas con camarógrafos, acumuló suspensiones, multas, excentricidades, viajes a Las Vegas y faltazos a prácticas sin justificativos… Pero por sobre todas las cosas hubo campeonatos. Fue un matrimonio por conveniencia: aquel rival odiado cuando estaba en Detroit, pasó a ser un aliado y una eslabón imprescindible para escribir la historia más brillante de la franquicia.
Luego del triplete con los Bulls, Rodman ya no fue el mismo. En primer lugar por la edad que comenzaba a jugarle en contra. Tenía 36 años cuando ganó el tercer anillo con Chicago. En un intento por acrecentar su fama, firmó más adelante con Los Angeles Lakers y con Dallas Mavericks. Pero en lugar de sumar a un jugador, ambos equipos ficharon a una ilusión.
Sin embargo, las estadísticas no muestran el lado oscuro de Rodman sino su mejor versión. Alcanza solo con repasarlas: lideró la liga en rebotes siete veces, siendo el segundo jugador que lo hizo en más ocasiones en la historia de la NBA. Solo superado por el legendario Wilt Chamberlain quien lo hizo en 11 temporadas.
También es uno de los 10 jugadores en la historia de la NBA en ganar más de una vez el premio al Jugador Defensivo del Año. Lo hizo en 1989-90 y 1990-91 uniéndose a Hakeem Olajuwon y Kawhi Leonard como los únicos jugadores con múltiples premios en esa categoría y títulos de la NBA.
Como jugador de Chicago, Rodman sumó al menos 25 rebotes en tres juegos diferentes, incluyendo 29 contra Atlanta Hawks el 27 de diciembre de 1997. Ningún jugador ha registrado tres juegos de 25 rebotes en una sola temporada desde que Rodman lo hizo por última vez en 1997-98.
¿Cuál era su papel en aquellos Bulls? Tomar rebotes, jugar buena defensa y aportar energía. Y vaya si lo hizo: lideró a la NBA en rebotes en 1997-98 por séptima temporada consecutiva, siendo esta la racha más larga en la historia de la liga. Y por si fuera poco, Rodman detuvo rutinariamente a sus oponentes. Por ejemplo… en el Juego 6 de las Finales de la NBA de 1998, limitó a Karl Malone a encestar solo seis de sus 14 intentos cuando lo marcó. Pero el “Cartero” se fue de 5-5 contra el resto del equipo.
Los Bulls completarían una nueva trilogía en 1997-98 y Rodman aseguró su quinto y último campeonato. Es uno de cuatro jugadores que en la historia de la liga ganaron múltiples títulos con múltiples franquicias, junto con Steve Kerr, Ron Harper y Robert Horry.
EL LADO OSCURO del “Gusano” también suma varios “logros”. Tantos como para poder escribir un libro si deseáramos enumerar cada uno de ellos.
Si nos proponemos hacer el detalle de los principales eventos nefastos fuera de la cancha cronológicamente, entonces salta a la vista de que el número de historias fue creciendo a medidas que el jugador callado y productivo de sus primeras temporadas con los Pistons, comenzaba a perder el uno contra uno que libraba internamente con el personaje que comenzaba a crecer y ganar protagonismo. El inicio de sus problemas se dio luego de que los Bulls barrieron a los Bad Boys en la temporada 90-91, año en el que Chicago ganaría el primero de sus seis campeonatos.
En octubre de 1992 no se presentó a inicio de la pretemporada con los Pistons mientras lidiaba con el divorcio de su primera esposa y trataba de adaptarse a la ausencia de Chuck Daly como su entrenador. Y más tarde, en noviembre para ser exactos, se negó a viajar para una serie de partidos como visitante.
Ya en marzo de 1994, por entonces jugador de San Antonio, fue suspendido por un juego y recibió una multa de cinco mil dólares por golpear a John Stockton del Utah Jazz. Y en noviembre recibió una suspensión indefinida por conducta perjudicial para el equipo tras haber lanzado una bolsa de hielo en dirección a su entrenador Bob Hill y a uno de los árbitros después de recibir una falta técnica.
Un año más tarde se lesiona un hombro como consecuencia de un accidente de motocicleta siendo apenas el preámbulo de lo que vendría más adelante como jugador de Chicago Bulls.
En marzo de 1996 fue suspendido por seis juegos y recibió 20 mil dólares de multa por golpear a un árbitro en un juego contra los New Jersey Nets. En el mes de agosto enfrentó una demanda de 750 mil dólares por (presuntamente) tocarle partes íntimas y pellizcar a una mujer durante un juego en Utah, aunque el caso terminó siendo desestimado.
Pero su mayor excentricidad de aquel año fue cuando se presentó a una firma de su libro en New York vestido con una traje de novia. Su libro se llamaba “Tan malo como quieras ser”.
Tres incidentes más se le contabilizan en 1997: el primero de ellos en enero cuando pateó a un camarógrafo en Minnesota recibiendo una suspensión de 11 juegos y una multa de 25 mil dólares. En marzo vuelve a perderse un partido por golpear a Joe Wolf en la ingle. Finalmente, y mientras disputaba las finales contra Utah Jazz, lo multan con 50 mil dólares por realizar comentarios despectivos sobre los mormones, siendo ésta la multa más grande en la historia de la NBA en ese momento.
El de 1998 fue otro año “productivo” para seguir acumulando historias en su “prontuario”. Tras perder el primer juego de las finales contra Utah, viajó esa misma noche a Las Vegas, aunque regresó a tiempo para la práctica del día siguiente.
Ya de vacaciones y con su quinto anillo en el bolsillo, se unió al mítico Hulk Hogan para participar en un combate de lucha libre contra Karl Malone y Dallas Page (ambos de Utah) en el evento conocido como “Bash at the Beach” en San Diego.
Pero lo mejor para el final: en noviembre se casó con la estrella de “Baywatch” Carmen Electra en Las Vegas, pero apenas una semana después solicitó la anulación del matrimonio. No lo consiguió, pero en monos de un año, ya estaban divorciados. En el 2000 enfrenta nuevas demandas, afronta pagos de nuevas multas, en este caso por admitir que conducía en estado de ebriedad y termina en un programa de rehabilitación. Pero la lista sigue con uno de los hechos más increíbles de los que haya participado: en noviembre de 2016, es acusado de cuatro delitos menores después de presuntamente conducir por el lado equivocado de la autopista hacia otro conductor, quién tuvo que desviarse para evitar ser chocado por Rodman y terminó estrellándose contra un muro de hormigón. Rodman fue acusado de conducir a contramano en una autopista, participar en un atropello y fuga, no tener una licencia válida y mentir a los oficiales de policía.
Finalmente, llegamos al mes de enero de 2018 cuando fue acusado de conducer en estado de ebriedad en Newport Beach, California. En marzo de ese año, se declaró culpable de un par de delitos menores similares y fue sentenciado a tres años de libertad condicional, rehabilitación y una multa.
SU HISTORIA NO ESTARÍA COMPLETA si no habláramos de su activismo politico. Fue, sin dudas, uno de los costados de su personaje que le devolvió gran parte de su popularidad, aunque le tocó soportar varias críticas.
Todo comenzó cuando fue invitado a participar de una gira de exhibición con los mundialmente famosos Harlem Globetrotters en Corea del Norte. Lo que parecía ser un simple viaje para hacer una presentación, cobrar dinero y regresar a los Estados Unidos, se transformó en algo más.
Corría en año 2013 y durante esa visita, aprovechó su fama de ex jugador de la NBA para entablar conversación con el líder norcoreano Kim Jong Un. Al cabo de varias visitas durante ese año, Rodman se declara amigo del hombre más poderoso del país y termina organizando una “gira de diplomacia de baloncesto” y un viaje para entrenar a jugadores de baloncesto de Corea del Norte y disputer un juego de exhibición contra ex jugadores de la NBA.
En el primer mes del 2014, Rodman volvió a encontrarse con su amigo y completó lo que habían programado. El motivo no era otro que celebrar el cumpleaños de Kim Jong Un.
Por entonces, cada vez que le preguntaban por el líder norcoreano, Rodman no ahorraba elogios para su amigo a la hora de responder. Llegó a decir que para él era mejor que el por entonces presidente de los Estados Unidos, Barak Obama. “Es increíble, salgo con él todo el tiempo, nos reímos, cantamos karaoke, hacemos muchas cosas geniales juntos, como montar a caballo o esquiar. Casi nunca hablamos de política y eso es lo bueno de esto”.
A pesar de que la relación pareció enfriarse un poco, Rodman volvió a visitar Singapur para la cumbre entre el presidente estadounidense Donald Trump y el líder norcoreano en el 2018. Y recientemente, también mostró su preocupación por el estado de salud de Kim Jong Un, deseándole pronta recuperación.
EL FASCINANTE VIAJE en busca de las respuestas a las preguntas del comienzo parece haber terminado siendo un círculo vicioso. Después de repasar su pasado, podemos llegar nuevamente al punto de partida sin encontrar una definición exacta sobre quién es verdaderamente Dennis Keith Rodman en cuerpo y alma.
¿Personaje? ¿Activista? ¿Loco? ¿Payaso? ¿Basquetbolista? ¿Chico malo? ¿Alguien que todavía está buscando su verdadera identidad?
Cuando se habla de un conjunto, siempre se sostiene que el resultado final es más que la simple suma de sus partes. Quizás con con el protagonista de esta nota nos pase lo mismo y concluyamos este viaje por su vida con la certeza de que, así como es imposible encasillarlo por las diferentes aristas de su personalidad, Dennis Keith Rodman termine siendo todo eso y mucho más.
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