Mudarse de una cuna a una cama para niños pequeños es un hito importante tanto para los niños como para los padres. Significa la transición de la infancia a una fase más independiente de la infancia. Este cambio a menudo se llena de emoción para los niños pequeños, mientras que los padres pueden sentir una mezcla de orgullo y nostalgia. Esta transición requiere una preparación cuidadosa para garantizar que el nuevo arreglo para dormir de su hijo sea seguro y acogedor.
El momento ideal para la transición de una cuna a una cama para niños pequeños varía según el niño. Según la Academia Americana de Pediatría (AAP), la mayoría de los niños hacen el cambio entre 18 meses y 3 años y medio. Sin embargo, se recomienda esperar hasta más cerca de los 3 años, ya que los niños generalmente están más listos para el desarrollo para comprender y adaptarse al cambio.
Ciertas situaciones pueden requerir una transición anterior. Por ejemplo, si su hijo sale constantemente de su cuna, podría representar un riesgo de seguridad, lo que indica que es hora de mudarse a una cama. Del mismo modo, si otro bebé está en camino y necesita la cuna, planificar la transición unos meses antes de que llegue el recién nacido puede ayudar a que su niño pequeño se adapte a su nuevo arreglo para dormir sin sentirse desplazado.
La preparación es clave para hacer que el movimiento sea lo más suave posible. Comience hablando con su niño pequeño sobre el cambio y enmarcarlo como un paso emocionante para convertirse en un “niño grande”. Permitirles participar en el proceso, como elegir ropa de cama o decoraciones para su nueva cama, puede fomentar el entusiasmo.
Al configurar la cama nueva, asegúrese de que sea seguro y seguro. Elija una cama para niños pequeños o una opción de baja a tierra para minimizar el riesgo de caídas. Instale las barandillas en ambos lados de la cama para mayor seguridad y asegúrese de que el colchón se ajuste cómodamente sin huecos.
La seguridad sigue siendo una prioridad durante esta transición. Si bien los parachoques de cuna ya no son un riesgo SMSL después del primer cumpleaños de un niño, no se recomiendan para camas para niños pequeños. Los escaladores curiosos pueden usar parachoques como peldaños, aumentando el riesgo de caídas. Es mejor mantener el área de sueño libre de parachoques, almohadas y juguetes voluminosos.
Además, si elige una litera, asegúrese de que su niño pequeño duerma en la litera inferior. Según la AAP y la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor (CPSC), los niños menores de 6 años nunca deben dormir en una litera superior. Para obtener protección adicional, instale barandillas en ambos lados de la litera inferior, asegúrese de que el colchón se ajuste adecuadamente y coloque la cama contra una pared de esquina para mayor estabilidad.
La transición de la cuna a la cama puede llevar algo de tiempo, y es normal que los niños pequeños prueben los límites. Según qué esperar, establecer una rutina constante de la hora de acostarse puede proporcionar comodidad y estructura. Esto podría incluir leer un cuento a la hora de acostarse, atenuar las luces y usar un objeto reconfortante como un animal de peluche favorito.
También es importante establecer reglas claras sobre las expectativas de la hora de acostarse. Si su niño se levanta de la cama con frecuencia, devuélvalos con calma a la cama sin entablar conversaciones o negociaciones largas. La consistencia y la paciencia son clave.
La transición de la cuna a la cama es un paso importante en el crecimiento de su niño pequeño. Celebre su logro con un refuerzo positivo, como alabar su cama de “niño grande” o ofrecer pequeñas recompensas por quedarse en la cama durante la noche.
Con la preparación, la paciencia y un enfoque en la seguridad, esta transición puede ser una experiencia positiva y enriquecedora para su pequeño, preparando el escenario para las noches de descanso y la nueva independencia.
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