Alto, simpático y muy guapo, Manuel García-Rulfo hizo su llegada a nuestra cita en Nueva York para realizar una sesión de fotos que son las que adornan este exclusivo reportaje de quien es hoy en día uno de los actores más prolíficos de México en Hollywood. Y es que desde el 2012, viene participando de una serie de películas y series en la Meca del cine que lo han catapultado al reconocimiento internacional y ha compartido créditos con eminencias del séptimo arte como Willem Dafoe (‘Los siete magníficos’) y Tom Hanks (‘A Man Called Otto’), entre otros.
Manuel no es un novato de la actuación y cuenta con toda una trayectoria importante en grandes producciones que respaldan su interpretación en la industria cinematográfica estadounidense. ‘The Magnificent Seven’, ‘6 Underground’, ‘Greyhound’ y por supuesto, su participación estelar en ‘Lincoln Lawyer’ son algunos de los proyectos en los cuales García-Rulfo ha estado inmerso y que lo han tenido sumamente ocupado entre sets de televisión, entrevistas, promociones y demás. De hecho, el pasado 17 de octubre se ha estrenado en Netflix la tercera temporada en su papel de Mickey Haller, el famoso abogado defensor que trabaja desde el interior de sus autos Lincoln.
Aunque el nacido en Guadalajara, Jalisco, se ha transformado en uno de los rostros más populares del momento a nivel global, su pasión por hacer cintas en su país natal sigue siendo un gusto recurrente que nunca dejará de lado y para muestra un botón: es el protagonista de ‘Pedro Páramo’, un clásico de la literatura escrito por Juan Rulfo –con quien tiene parentesco–, y que ha sido llevado a la pantalla chica gracias a la adaptación dirigida por el ganador del Oscar, Rodrigo Prieto (Netflix). Y como si fuera poco, García-Rulfo se unirá a Scarlett Johansson y Jonathan Bailey en la próxima entrega de la gigantesca franquicia ‘Jurassic World’, la cual estrenará en 2025.
Muy reservado y cuidadoso con su vida privada, Manuel nos abrió su corazón en una entrevista con ¡HOLA! AMÉRICAS en la cual nos adentramos un poco al mundo del histrión de 43 años y nos encontramos con una persona muy humana, sensible y trabajadora, quien ha pesar de haber compartido roles con grandes luminarias como Denzel Washington y Chris Pratt, sabe regresar a sus orígenes en su rancho de Jalisco para reconectar con los suyos, lejos de la vorágine de la fama.
Manuel, ¿cómo te sientes con el éxito de ‘Lincoln Lawyer’ y ahora lo que se viene próximamente con Pedro Páramo?
Sí, estoy bastante ocupado gracias a Dios, pero bien. Llevo como dos años sin parar, me toma como cinco meses hacer ‘Lincoln Lawyer’; y después, el año pasado, me arranqué a la semana con ‘Pedro Páramo’, y luego a la semana con ‘Fiesta en la Madriguera’, de Manolo Caro. Las poquitas vacaciones de diciembre y empezar con ‘Lincoln Lawyer’ otra vez. Una semana y me fui a grabar ‘Jurassic Park’, y paré ahora de grabar hace dos semanas. Ahorita estoy en friega con promoción una semana y ya, ahora sí, el resto del año me voy al rancho a desconectarme del teléfono”.
¿Qué haces para desconectar?
“Casi siempre me voy al rancho, ahí tenemos un rancho en Jalisco. Ahí estoy con familia, animales, tenemos una huertita de limones y pues ahí me divierto plantando árboles o cosechando”.
Entrando al tema de ‘Pedro Páramo’, ¿tú sí tienes un parentesco con Juan Rulfo?
“Sí. Ya lejano, la verdad es que me ha mucha gente me pregunta y luego me da pena porque me van a decir: ‘Se está colgando de la fama’. Pero sí, él era tío segundo de mi padre. Entonces ya no sé qué viene siendo mío, pero sí sé que tenía buena relación con mi abuelo. Mi padre lo conoció en varias ocasiones. Ahí, en bodas de familiares y comuniones y esas cosas. Y siempre fue una parte importante de mi vida, porque pues como era el familiar famoso, pues obviamente en toda la familia se hablaba mucho Juan Rulfo. En todas las escuelas donde iba pisando, que pase por todas las de Guadalajara porque era muy mal estudiante (risas), siempre era como: ‘¡Ay! ¿Qué eres del maestro Rulfo?’. Siempre fue algo muy presente en mi vida”.
Tengo entendido que por tu abuelo también es que te viene la vena de la actuación, porque hacía filmes.
“Yo creo que sí. A él le encantaba el cine. Él era fanático de Charles Chaplin y de los Westerns, Cantinflas y demás. Entonces nos pasaba muchas películas y él hacía películas de hobby para entretener a sus niños, más que nada, pero le echaba muchísimas ganas. Tenía su cámara y su aparato para editar; y lo veías ahí editando sus películas que hacía. Ponía a actuar a mis tías y a mi papá. Luego nos las pasaba a nosotros, a sus nietos, ahí en el rancho. Entonces yo creo que él sí me abrió una puerta importante para este mundo del cine”.
¿Te acuerdas de esos momentos?
“Sí, muchísimo. Me acuerdo, perfecto porque era, pues la casa que teníamos en el rancho. No tenía mucha lana y era la pared blanca, pero descarapelada de viejita. Me acuerdo que nos proyectaba en la pared y tenía manchas porque se descarapelaba. Me acuerdo del sonido. Y luego se iba la luz, porque no llegaba luz. La máquina ya no servía o se enrollaba, me tocó mucho que… Se enrollaba. Entonces, sí, lo tengo muy presente e influyó mucho”.
Y después de tu abuelo, ¿de todos los nietos, de todos los hermanos, fuiste el único que agarró la vena artística?
“Sí, bueno, hay algunos nietos que son por hobby, les agarró por la pintura. Y son bien talentosos. No hay escritores. Sí, más que nada soy yo”.
Me atrevería a decir que tienes un poco la personalidad de Juan Rulfo, él era también bien humilde, buen conversador, tranquilo. ¿Te lo han dicho?
“Sí, mucho. Me acuerdo mucho de mi primera película mexicana que hice, que se llamaba ‘La Última y Nos Vamos’, la directora, Eva, es muy amiga del hijo de Juan Carlos Rulfo. Y yo conocí a Juan Carlos por la familia, digo, somos ya lejanos, pero ella es muy amiga de él y me acuerdo cuando hacíamos la cinta, decíamos: ‘¡Qué bárbaro! Es que todos los Rulfo son iguales. ¡Hablen!’, ¿Sabes? Porque somos un poco tímidos y, a veces no salen las palabras. No vocalizamos bien las palabras”.
Y me estabas contando que también en el colegio, cero. ¿En qué? ¿En comportamiento, en aprovechamiento?
“No, en todo. En comportamiento era como que me lo pasaba soñando despierto. Yo estaba en mi mundo. Nunca fui un ‘troublemaker’. Simplemente no ponía atención. Yo creando mundos y si veía alguna película, ahí me quedaba pegado. Entonces, no, nunca di una en la escuela”.
¿En cuántos colegios estuviste?
“No, pues en todos. Yo pasé por todas las de Guadalajara. De primaria hasta secundaria. ¡Hasta prepa!, porque de la prepa me corrieron también. Acabé en prepa abierta muchos años después. ¡No! Era un desastre”.
Tengo entendido que a los 12 años tú te vienes a los Estados Unidos…
“Bueno, me mandan a estudiar inglés con una familia como de intercambio, con una familia americana por un año”.
¿Y en ese entonces, ya se había desarrollado tu vocación artística?
“No, todavía no. Sí sabía cuando era muy niño, porque mi papá, como mi abuelo, le encantaban las cámaras y fotografía. Yo tenía un algo con los animales muy especial. Estaba obsesionado con ‘National Geographic’, antes se hacían los VHS. Tenía toda la colección de ‘National Geographic’ y como que mi sueño era ser fotógrafo de animales salvajes. Y justo fue en ese tiempo, como a los 12, que empecé a obsesionarme con el cine. De hecho, me acuerdo, estando en Vermont, de haber visto… O sea, cada vez que podía, ponía ‘Star Wars’ y lo veía y lo veía. Y como que ahí empezó una fascinación, muy clavado. Como que no era normal, los niños jugando y yo estaba viendo cine”.
¿En qué momento crees que detonó, que dijiste: ‘Ya está, ya me tocó el llamado’?
“Como que al principio sí quería seguir con la fotografía y luego me obsesioné con el cine y quería ser director, quería crear películas y dirigir. Y luego empecé a actuar en preparatoria, me metí a las clases de teatro en la escuela, y lo empecé a hacer y me encantó. Me sentí como muy vivo, dije: ‘¡Ah, mira! Esto me gusta’, y le empecé a dar por ahí, cada vez me gustó más. Luego ya vi que se podía hacer profesionalmente y que podías vivir de eso, y dije: ‘Ah, le voy a dar por aquí’, y ya”.
¿Y en ese momento tu familia te apoyó con el tema de que te dedicaras al arte, que fueras actor?
“No era ideal para ellos. Mi papá y ellos no querían, como que siempre pensaron que iba a ser dentista, mi abuelo era dentista, mi padre es dentista; es una familia larga de dentistas. Entonces, pensaban que iba a ser por ahí. Y en las artes, incluso mi abuela era una artista reconocida en Guadalajara y pintaba. Pero saben que es una profesión muy dura y casi nadie vive de eso. Entonces como que se preocupaban, pero me apoyaron, al final de cuentas me apoyaron”.
¿Cómo llega a ti la propuesta de ‘Pedro Páramo’? ¿Y qué fue lo que pensaste?
“Pues llega por medio de los productores, Stacey y Rafa, que son muy buenos amigos míos y me comentaron hace mucho: ‘Oye, estamos viendo ‘Pedro Páramo’, estaría increíble ver si te interesa. Y poco a poco me dijeron que Rodrigo la iba a dirigir. Entonces se me acercaron. Tuve una cita con Rodrigo, hice audiciones con él, platicamos del personaje. Me gustó mucho la línea que Rodrigo agarró para ‘Pedro Páramo’, que como bien dices está súper apegada a la novela, sobre todo con los diálogos.
En las pláticas que tuve con él estaba muy clavado, muy interesado en hablar conmigo y hacer un ‘Pedro Páramo’ que no fuera el tirano, porque cuando lo lees, pues sí es un hijo de su madre. Rodrigo se interesó mucho en encontrar de su lado humano, no interpretarlo como un tirano, sino clavarnos mucho en el amor que tiene él por ‘Susana San Juan’, y que es un niño dolido, soñador, enamorado, que al no ser correspondido pues voltea la ciudad. Y es por ese amor no correspondido. Se me hizo muy, muy lindo eso y no hacerlo como el machote tirano y sí tener estas cosas súper sensible. Un ‘Pedro Páramo’ vulnerable que hace todo eso por no ser correspondido”.
¿Qué es lo que más te queda, qué detalle o rasgo de ‘Pedro Páramo’ es el qué más te gusta?
“Yo creo que eso, que es triste ver cómo hay gente que en su vida la hace todo por llegar a hacer algo, por obtener algo, por llegar al poder y hace todo corrupto para lograrlo; y una vez que llega no tiene nada. Y es bien triste ver eso. Y es esta cosa de si yo no tengo la felicidad, nadie la va a tener. A mí me parte el corazón porque hay gente que conozco que hacen todo, y por fin llegan, y nomás no lo tienen claro. Eso a mí me partió y se me hizo muy lindo de Rodrigo, irse por esa tangente, de tratar de hacer que la audiencia lo viera, que conectara con ese dolor. Que sí, es un hijo de su madre y hace mil cosas mal, pero que conectara con ese dolor, de ese amor no correspondido”.
¿Qué diferencia hay de hacer este personaje de Pedro Páramo con uno de los que haces para Hollywood? ¿Cómo los pones en balanza?
“Pues nada, que es un poquito más personal. Porque sí era como: ‘¡Es ‘Pedro Páramo’!’, o sea, tengo que estar en esta película. Obviamente mi familia me dijo: ‘Hijo de la ch******, no la vayas a c****, ca****’. Fue muy lindo. Creo que todos, todos los actores estaban súper presentes, todos muy emocionados. Fue un colectivo ahí muy lindo de llevar algo que es tan especial para los mexicanos y ser parte de ello”.
Me estás contando que ‘Pedro Páramo’, tu personaje, hace todo lo posible por desdén, por desamor, por locura y todo, pero al final no le resultó. ¿En la vida real crees que eres lo opuesto a él, te consideras un tipo afortunado en el amor?
“Sí, yo sí. Gracias a Dios. La verdad es que sí. Desde la niñez, de todo, sí. Hay mucho amor en mi vida, gracias a Dios”.
Ya estamos con la tercera temporada de ‘Lincoln Lawyer’, háblanos un poco sobre eso…
“Pues nada, muy contento de que ya va en la tercera temporada. Creo que en esta elevaron la barra mucho más alto, porque en la segunda temporada acabamos con ver a su amiga, una muy íntima amiga de él, que le estima mucho que la mataron, es asesinada. Entonces, empieza la tercera temporada con él tratando de llevar este caso y, más que nada, llegar a la verdad, a ver quién fue y traer justicia. Es muy personal todo el caso. Entonces, eso eleva la barra muchísimo, el suspenso, los nervios, un poco de acción. Hay un romance nuevo”.
¿Cómo hacer para que tu personaje no pierda fuerza?
“Creo que lo que es muy interesante de ‘Mickey Haller’, del personaje que creó Michael, que es un personaje que siempre está arriba, como que es vulnerable y tiene muchos defectos, su adicción y siempre hay demasiados obstáculos en su vida: que si los dos matrimonios, o tres, si la hija, que si los casos, que si ya le mataron no sé a quién, la adicción. Por ejemplo, la primera temporada era que le habían quitado su licencia de abogado y estaba lidiando con la adicción.
Entonces lo ves, lo encuentras así en el bottom, en lo más bajo. Y luego la segunda temporada empieza con fama, dinero, y lo vuelven a caer. Y eso está muy padre, como que no pierde eso el personaje. Es muy fregón en lo que hace, pero tiene mil cosas que lo jalan otra vez a tirarlo. Y creo que por eso jala también la serie, que es satisfactorio seguir a un héroe, en este caso ‘Mickey Haller’, en el suelo y peleando por ya, otra vez, con tantos obstáculos y uno se identifica con eso. Yo creo que por eso agarra tan bien”.
¿Cómo manejas el tema de la fama?
“¡Yo me voy al rancho! (risas). No, la verdad es que no me quita el sueño. Sé que es una profesión en la que hay mucha… No mentira, pero es un mundo como muy… ¿Sabes qué? No me la creo tanto, yo hago mi trabajo y le guste a la gente o no. Hay unas que me dicen ‘qué padre’, sí es muy bonito que te conozcan, que vengan en la calle y te digan: ‘Hoy vi tu trabajo, qué padre’. Pero vamos, tampoco…”
No te montas en el personaje de ser famoso…
“Exacto, no me monto en ese personaje, en ese mundo. Hay algunos que creen que están con la cámara todo el rato, hasta en la calle. Yo los veo, a veces amigos, y pienso: ‘Relájate, cab***, estás conmigo. No tienes que aparentar nada’. Pues sí, como que realmente se montan en eso. No, yo no”.
Estaba leyendo un dato curioso sobre ti y que creo define tu personalidad. No te gusta celebrar tus cumpleaños, ¿por qué?
“No, nunca lo he celebrado. Desde muy chiquito, nunca. La atención a mí me cuesta. Una vez corté con una novia porque me hizo una fiesta sorpresa y a mí me causa mucha ansiedad”.
¿Te enojaste?
“Pues sí, me causó mucha. No me enojé, pero sí fue como: ‘¿por qué me haces eso?’. Pues sí, desde chico nunca me ha gustado. De repente me voy a cenar con mis cinco amigos o la familia y así. Pero eso de celebrarme, no sé. Debería de empezar, a ver si hago una fiesta grandota”.
¿Si tuvieras que decirle un mensaje a la gente basado en ti, tu experiencia como artista o un consejo para las nuevas generaciones, qué sería?
¿Qué les diría? Pues que lean un poema de Charles Bukowski que se llama ‘Roll the Dice’ (Risas). Porque habla mucho de cómo obsesionarse con una carrera, con un trabajo y darlo todo. Y una vez que haces eso, ya dejarlo ir y empezar a disfrutar. Es cuando empieza lo es difícil, porque luego también tiene esta cosa de: ‘Encuentre lo que te gusta y deja que te mate’. Sí, lean ese poema, porque a mí me inspira mucho. A mí me encanta, es lo máximo.
Aquí puedes ver el BTS de nuestra sesión fotográfica con Manuel García-Rulfo
CRÉDITOS: Chief Content Officer: Nagidmy Márquez Deputy Editor ¡HOLA! USA: Andrea Pérez Deputy Editor ¡HOLA! AMÉRICAS: Alonso Collantes Fashion Editor: Chiara Primatesta Video Editor: Daniel Neira Social Media: Caterina Zanelli Photographer: Jesus Cordero Stylist: Odile Iturraspe Hair / Makeup: Jamie Harper Video / BTS: Manuel Ortiz
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