Francisca cuenta con detalles los ataques de celos de su hijo Gennaro hacia su hermano pequeño, Franco.

Francisca siempre soñó con tener una hermosa familia, Un deseo que se cumplió el pasado mes de febrero, cuando Ella y su marido, Francesco Zampogna, dieron la bienvenida a Franco.su segundo hijo. Sin embargo, esos días de felicidad se vieron parcialmente empañados por la reacción de su primogénito, Gennaro, al tener un bebé en casa. Y además de cuidar al recién nacido, la pareja también estaba preocupada Por los ataques de celos que vieron en su hijo mayor.una conducta que Francisca compartió con todos los detalles con la esperanza de ayudar a otras madres que se encuentren en la misma situación.

© IG: @francisca

“Es un tema que me afectó mucho y puedo hablar de ello porque ya aprendí a manejarlo”, reveló en su podcast. Yo soy FranciscaComo padres, Francisca y Francesco decidieron ser padres por segunda vez con la alegría de darle a su hijo un hermanito, un compañero o “mejor amigo para toda la vida”. Pero el pequeño no lo tomó así. “Desde el embarazo no pude realizar con él las actividades que hacíamos antes. A partir de entonces mi hijo me hacía preguntas”.

El presentador de Despierta América Ella le contó cómo su hermanito estaba dentro de su mamá y que pronto habría otro niño en casa, proceso que parecía ir bien ya que incluyó a Gennaro en las actividades familiares para darle la bienvenida al bebé, como arreglar la habitación en la que dormiría.

El día en que los hermanos se conocieron fue uno de los más lindos para Francisca. Gennaro llegó al hospital de la mano de su padre y estaba muy emocionado por ver al bebé por primera vez. Para asegurarse de que no se sintiera excluido, Francisca le hizo un regalo en nombre de Franco, tal como le habían recomendado los especialistas. Pero las cosas estaban a punto de cambiar.

A los dos años y medio, Gennaro se puso celoso al ver que el bebé requería tantos cuidados y atenciones. “Me sacaba del cuarto de Franco a rastras del brazo, hasta el punto de acurrucarse en un rincón y llorar”. Al no saber manejar sus emociones, el niño pedía que lo alzaran en brazos, y en ningún momento que lo tocaran. También retrocedió en su forma de expresarse, pues en lugar de hablar con palabras hablaba con monosílabos o ruidos, e incluso llegó a pedir leche en biberón o que le pusieran pañal cuando ya había dejado atrás esa etapa.

© IG: @francisca

“Imagínense vivir esto con un niño de dos años y medio, un bebé recién nacido, y yo también pasando por mi proceso hormonal y toda la locura donde mi cuerpo y mi mente tampoco estaban en el lugar correcto”, explicó. Y recordó cómo Gennaro había pedido que sacaran a Franco de la casa para entregárselo a su abuela.

Las cosas no parecían mejorar, hasta el punto de que no podía ver a su madre con el niño en brazos, por lo que Fran dejó que su madre, Divina Montero, cuidara del bebé mientras ella centraba su atención en Gennaro, algo que no estaba funcionando bien, pues en ese momento él no hablaba con su abuela ni se acercaba a ella cuando la veía cuidando al pequeño. Poco a poco, encontró la manera de equilibrar el tiempo entre los dos y hacerle entender a su hijo mayor que el bebé también necesitaba cariño.

El proceso no fue fácil, pero Francisca y Francesco empezaron a pasar tiempo de calidad a solas con él fuera de casa. Mamá lo recogía del colegio y luego lo llevaba al parque o a tomar un helado, lo que lo tranquilizaba un poco cuando llegaba a casa y veía al bebé.

© IG: @francisca

La paciencia y el tiempo ayudaron en casa.

Francisca siempre estuvo pendiente de las emociones de su hijo mayor, y con mucha paciencia e incluyéndolo -sin forzarlo- en las actividades con el bebé, Gennaro se fue adaptando. “A medida que pasa el tiempo y el nuevo bebé va reaccionando a lo que hace el mayor, se van emocionando y se van acercando”, comentó desde su experiencia. Y aconsejó no decirles que con la llegada de un bebé tendrán un mejor amigo con quien jugar, porque eso no sucederá de la noche a la mañana y podría frustrarlos.

A seis meses del nacimiento de Franco, Gennaro ya superó esa etapa de celos y comienza a tomar en cuenta a su hermanito para juegos y actividades familiares. Francisca, además de feliz y mucho más tranquila, entendió la gran diferencia entre haber sido la mamá de Gennaro en una época en la que eran solo ellos tres, y ser la mamá de Franco, quien pasó a formar parte de una familia de ensueño que lo llena de amor.