Aaron Boone está acostumbrado a estar bajo la mirada escrutadora de los analistas de MLB y también de los seguidores de los Yankees de Nueva York. Después de todo, ha sido el manager del equipo por 7 temporadas.
Pero esta vez la presión es mayor. Es verdad que consiguió regresar al club a la Serie Mundial de Grandes Ligas después de 15 años, pero está en una situación bastante comprometida y una decisión suya en el Juego 1 lo tiene en el centro de las críticas.
Boone podría estarse jugando su futuro en el banquillo del conjunto del Bronx en la batalla contra los Dodgers de Los Angeles. De hecho ha estado a prueba desde el principio de la campaña, por más que en la gerencia digan lo contrario.
El contrato que le dieron los Yankees al manager después de la campaña de 2021 fue por tres años e incluye una opción para 2025, que es justamente lo que tiene el debate abierto. Pero un triunfo en la Serie Mundial acabaría con la discusión.
Si Boone es capaz de levantar este 0-2 con el que viajan a Nueva York y consigue el campeonato 28 de la franquicia la pregunta no es si activarán la opción, sino si renegociarán su contrato para que se quede la frente del proyecto.
Y tendría sentido, porque habría que preguntarse si Nueva York puede conseguir un dirigente mejor. Los candidatos más favorables están comprometidos ya, hay varios equipos buscando manager en este receso de campaña (como los Medias Blancas de Chicago y los Marlins de Miami) y la oferta no es demasiado atractiva.
Salvo que Brian Cashman quiera tomar el riesgo con Skip Schumaker o que tenga una carta bajo la manga, no hay en el horizonte opciones que resulten una amenaza para Boone, sobre todo si derrota a los Dodgers. Ahora bien, si pierde, toda esa discusión puede cambiar y en el mejor de los escenarios le darán la opción para 2025, mientras buscan a otro dirigente, entre nombres como Brad Ausmus, David Bell, Don Mattingly, David Ross o Joe Girardi.
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