Los Medias Blancas de Chicago perdieron el viernes el juego número 121 de esta temporada de MLB y con ello implantaron una marca para la Era Moderna al dejar atrás el registro de derrotas para una zafra que estaba en poder de los Mets de Nueva York de 1962.
Ese será el cierre para una campaña de Grandes Ligas que fue una completa pesadilla para la organización, que espera el receso para agilizar la búsqueda de un nuevo manager.
A Pedro Grifol lo despidieron en agosto y aunque han incluido entre los candidatos a sucederlo a Grady Sizemore, quien asumió la dirigencia de forma interina, sigue habiendo señales de que el indicado para asumir el rol a partir de 2025 es el venezolano Ozzie Guillén.
Hay jugadores que han dejado saber que prefieren la continuidad de Grady Sizemore, pero la verdad es que no tiene la experiencia para sacar adelante a este grupo sobre todo después de este registro de derrotas que puede dejar impacto. En cambio Guillén ha estado al frente del banquillo de equipos de Grandes Ligas por 9 años, incluyendo paso por playoffs y sin contar otros roles como parte de cuerpo técnico en las mayores. Su carácter, además, puede ser importante en el proceso de reconstrucción.
Guillén le dio a los Medias Blancas un título de Serie Mundial en 2025 que representó el fin de una espera de 88 años sin celebraciones. Y desde entonces, no han regresado a la disputa por el campeonato. El venezolano no sólo es un ganador (también fue campeón en la LVBP y la Serie del Caribe), sino que sabe bien lo que es dirigir bajo presión y se sabe que quien tome las riendas de Chicago en 2025 estará bajo mucho escrutinio.
Ya lo dijo el inicialista Gavin Sheets el viernes al Chicago Sun Times: “Ha sido un año extremadamente difícil para todos. Ha sido difícil mental y físicamente. Me siento mal porque todos en esta sala sean parte de esto”. Los Medias Blancas necesitarán una guía después de esta temporada para recomponer la fortaleza mental y el hambre de competencia de sus jugadores y nadie sería mejor para eso que un motivador como Guillén.
El venezolano tiene más de una década sin dirigir en las Grandes Ligas y no ha ocultado su intención de regresar al banquillo de un equipo, dejando claro que todavía puede ganar en MLB. Estar al frente del renacimiento de los Medias Blancas a partir de 2025 sería un desafío para él y con ello demostraría de lo que es capaz al frente de un cuerpo técnico.
Guillén conoce a la organización de Chicago con detalle y desde varias perspectivas. Fue jugador de este conjunto en 13 de sus 16 años de carrera activa en las mayores, los dirigió por 8 temporadas, los llevó dos veces a playoffs y los condujo al campeonato de la Serie Mundial y después de eso se mantiene informado por su trabajo como comentarista.
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